miércoles, 20 de agosto de 2014

Encefalitis Equina Venezolana.

Sinonimia: Encefalitis venezolana, “peste loca”.

Es una enfermedad viral que afecta a los équidos (caballos, burros y mulas) y posteriormente puede afectar al hombre por la transmisión a través de la picadura de un mosquito que haya estado en contacto con un animal enfermo.

En Venezuela, se conoce la Encefalitis Equina Venezolana (EEV) y la Encefalitis Equina del Este (EEE) siendo la primera la de mayor riesgo para los animales y el hombre.

La enfermedad se mantiene en la naturaleza en ciclos endémicos mediante la transmisión viral continua mosquitos – vertebrados – mosquitos, ocurriendo eventualmente episodios epidémicos/epizoóticos estacionales, los cuales afectan especialmente a los equinos y humanos. Las epidemias son precedidas por lluvias intensas e incremento de la densidad de vectores y la existencia de equinos susceptibles.

Agente etiológico.

La enfermedad es causada por un virus ARN de la familia Togaviridae, genero Alfavirus. Se reconoce la existencia de diferentes variantes antigénicas de la gran importancia epidemiológica. Los virus pertenecientes a los subtipos II – VI así como los del subtipo I variante <<D>> y <<E>> no causan epidemias/epizoóticas, están involucrados en el ciclo selvático; mientras que los virus clasificados dentro del subtipo I, variantes <<AB>> y <<C>> son designados virus epidémicos/epizoóticos, porque sólo han sido aislados durante grandes epidemias, causando alta morbilidad y mortalidad en equinos y alta morbilidad en humanos.

Características de la enfermedad:

Animales

En los animales el periodo de incubación dura de uno a tres días. La sintomatología varía con el grado de gravedad de la enfermedad. En algunos animales se presenta con fiebre benigna (1 o 2 días) con anorexia y depresión. La viremia es baja o nula. Los animales se recuperan sin secuelas. En otros animales la manifestación es características de una encefalomielitis. Se presenta bruscamente fiebre alta, depresión profunda, anorexia pronunciada y pérdida de peso, rechinar de dientes, diarrea o constipación. Se puede comprobar viremia de alto título y leucopenia. Los animales enfermos experimentan profundo sopor, miembros ampliamente separados para mantener el equilibrio y la cabeza apoyada sobre un objeto. A menudo caen sin poder levantarse, otros presentan excitación, hipersensibilidad al tacto y al sonido, agresivos, caminan en círculos, tropiezan con obstáculos y pueden experimentar convulsiones. En estos casos la letalidad puede llegar al 80% de los casos.

Humanos

El periodo de incubación dura de dos a cinco días. La sintomatología puede variar desde una fiebre indiferenciada, similar al de la influenza, hasta casos graves de encefalitis. En la mayoría de los casos se caracteriza por fiebre súbita acompañada de malestar general, escalofríos, mialgia y con frecuencia nauseas, vómitos y diarrea. El curso de la enfermedad puede durar de uno a cuatro días o más. La convalecencia se prolonga a la duración del estado febril. En cursos cortos de fiebre, la recuperación es rápida y completa, mientras que en las graves convalecencias dura varias semanas. Los signos de encefalitis son más frecuentes en niños que en adultos, presentándose parálisis flácida o espástica y alteraciones de los reflejos. La letalidad es de 0.2 a 1% de los casos clínicos, mientras que las infecciones subclínicas son altas.

Fuente de infección y modo de transmisión.

El ciclo silvestre enzoótico se desarrolla entre los roedores y marsupiales, que son reservorios principales, y mosquitos de varias especies de culex que se sirven de vectores para transmitir la infección de animales virémicos a otros susceptibles. Este ciclo se mantiene en la naturaleza con alta y baja transmisión entre roedores y mosquitos, de acuerdo al aumento o disminución de la estación lluviosa. Estas cepas de virus enzoótico no son patógenas para los equinos. El hombre pudiera infectarse al irrumpir áreas adyacentes a los focos enzoóticos. En el ciclo epizoodémico, la cepa del virus circulante es altamente patógena para los equinos, los cuales se comportan como amplificadores del virus, así un solo animal puede infectar a varios miles de mosquitos en un  día. El ciclo se cumple a través de la picadura de un mosquito, transmitiendo la infección de un equino virémico a otro susceptible. Las epidemias de EEV se prolongan y propagan en animales mientras existan equinos susceptibles. Los casos en humanos terminan cuando cesan en los animales.

Diagnostico

El diagnostico se fundamenta en los signos clínicos, historia y ocurrencia estacional, siendo de ayuda el conocimiento de áreas endémicas. Sin embargo, el diagnostico especifico, tanto para humanos como para animales, se basa en pruebas de laboratorio.

Aislamiento viral: Se trata de aislar el virus a partir de sueros humanos o équidos, tomados preferentemente en el periodo asintomático o recién se inicia el periodo febril, y en cerebro u otros órganos de animales muertos con sospecha de la enfermedad. El aislamiento del virus consiste en la inoculación del suero problema o suspensión de cerebro en células VERO o ratones lactantes de tres días de nacido por vía intrecraneal y subcutánea en forma simultánea. A los dos o tres días se observan los efectos citopáticos en las células o signos nerviosos en los animales inoculados. Posteriormente se procede a la identificación del virus por la prueba de Fijación de Complemento.

Prueba serológica: Se realiza a partir de muestras de suero, tomadas al comienzo de los signos clínicos (fase aguda) y 15 día posteriores (fase convaleciente) tanto en humanos como en los animales. La prueba comúnmente utilizada para el diagnostico serológico es la Inhibición de la Hemoaglutinación (H.I) La formación de anticuerpos H.I. los cuales aparecen en un corto periodo de tiempo, es lo que permite este diagnostico, al observar diferencias de títulos de por lo menos cuatro veces entre el primero y el segundo suero.

Tipo de muestra y conservación.

En los casos de muertes de animales con sospechas de encefalitis equina, es conveniente enviar el cerebro o el suero (5 ml), incluyendo muestras de los aparentemente sanos en contacto con los enfermos. En caso de humanos con sospechas de la enfermedad se debe enviar el suero (5 ml). Las muestras deben enviarse al laboratorio acompañadas de toda la información relacionada al curso de la enfermedad en los animales afectados, vacunaciones, población, número de enfermos y muertes, fecha de aparición del primer caso, otros.

Para un diagnostico efectivo, las muestras deben ser conservadas y enviadas al laboratorio refrigeradas o congeladas, en el menor tiempo posible, luego de su extracción.

Medidas de control.

En zonas expuestas al riesgo de la enfermedad, la medida más eficaz es establecer buenos programas de vacunación, acompañadas de un sistema de vigilancia epidemiológica que permite conocer el riesgo potencial al desarrollo de las epizootias.

Se debe realizar una vacunación sistemática de los équidos (caballares, asnales y mulares) de todas las edades. La inmunización utilizada debe ser realizada de acuerdo a las recomendaciones del productor (vía, dosis, etc.).

En caso de presentarse la enfermedad, debe restringirse la movilización de los equinos para evitar la propagación. Otras medidas importantes son la fumigación y abatización para reducir la población de mosquitos; uso de repelentes y protección de puertas y ventanas con mallas mosquiteras.

Si se observa algún caso sospechoso de encefalitis en equinos o humanos, debe ser notificado en forma oportuna y obligatoria a las autoridades sanitarias más cercanas.

Bibliografía

Plaza, N. 2000. Zoonosis más frecuentes en Venezuela. Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuaria. Centro Nacional de Investigaciones Agropecuaria (FONAIAP). Instituto de Investigaciones Veterinaria. Maracay, Venezuela. pp. 48-52. (Serie D No. 41).



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