miércoles, 3 de septiembre de 2014

Estomatitis Vesicular.

La Estomatitis Vesicular (EV) es una enfermedad viral infectocontagiosa que ocasiona lesiones de tipo vesicular en boca, patas y ubre de bovinos, suinos y equinos.

La importancia de la EV radica no sólo en el desconocimiento de los factores asociados con su transmisión e inmunidad, sino en su similitud clínica con la Fiebre Aftosa (FA), aspecto que dificulta la campaña de erradicación, además del daño que causa la enfermedad en las poblaciones a riesgos y la pérdida que ocasiona al productor.

Etiología

El agente causal es un virus perteneciente a la familia Rhabdoviridae, género Vesiculovirus, sensible a los cambios de pH, especialmente ácido. Serológicamente, el virus de la Estomatitis Vesicular posee dos serotipos diferentes: New Jersey (NJ) e Indiana (IND), existiendo además tres subtipos de este último, IND-1, IND-2 (Cocal) e IND-3 (Alagoas). Aun cuando los tipos NJ e IND son serológica e inmunológicamente distintos, el cuadro clínico que producen es indistinguible.

Distribución geográfica.

La enfermedad se limita al Continente Americano. Se extiende endémicamente por varias zonas de Estados Unidos, México, América Central, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, esporádicamente por Argentina y Brasil.

El tipo NJ y el IND-1 se han identificado en todas las áreas de presentación endémica. El subtipo IND-2 ha sido aislado en Argentina y Brasil de caballos enfermos y el subtipo IND-3 ha sido identificado, esporádicamente en equinos, bovinos y suinos en Brasil.

Epidemiologia

Tasa de morbilidad hasta un 90% en rebaños afectados. Baja tasa de mortalidad bovinos y equinos menores de un año raramente son afectados, por el contrario, la incidencia de la enfermedad, los síntomas y las lesiones son más aparentes en los suinos jóvenes que en los adultos. En estos últimos, la forma subclínica se presenta con mucha frecuencia. Sin embargo, en los jóvenes la mortalidad puede ser alta, dependiendo del tipo de virus y de la cepa.

Fuente de infección.
  • Bovinos, suinos y equinos enfermos.
  • Saliva, exudados o epitelios de vesículas abiertas.
  • Vectores: Insectos, por lo que también se le ha considerado un arbovirus.
  • Suelo y plantas (hipótesis).

Huéspedes
  • Animales domésticos: Bovinos, suinos y equinos.
  • Silvestres: Venado de cola blanca, cerdos salvajes, mapaches y numerosas especies de pequeños mamíferos (ratas, ratones, etc.).
  • Humanos: (Zoonosis menor).

Transmisión
  • Contaminación por vía transcutánea o a través de las mucosas.
  • Transmisión por artrópodos (Phlebotomus, Aedes, Culex, ect.).

Los mecanismos de transmisión y perpetuación de la EV en la naturaleza son desconocidos. El hecho que el virus ha sido aislado de moscas, mosquitos y otros artrópodos sostiene la hipótesis de que podría ser transmitido por insectos.

Existe otra hipótesis que sostiene que es un virus vegetal presente en los pastos y que los animales son el final de su cadena epidemiológica.

El hombre contrae la infección por contacto con animales domésticos, ya sea a través de la ruta nasofaríngea, abrasiones de la piel o por aerosoles. La fuente de infección puede ser además la saliva, exudados, epitelios de la vesículas o el virus en sí, al ser manejado en los laboratorios.

Variación estacional.

La EV es más frecuente en la estación de lluvias en las zonas tropicales endémicas reapareciendo anualmente y donde gran parte de la población animal posee anticuerpos específicos.

Patogenia

Aunque la transmisión directa es posible dentro de las especies susceptibles los insectos juegan un papel importante como vectores mecánicos de animal a animal. La principal puerta de entrada son las abrasiones y pequeñas heridas en los tejidos epiteliales donde se inicia la replicación viral formándose las vesículas. De aquí el virus pasa a la corriente sanguínea y se generaliza la infección. Se ha comprobado que el virus también replica en los macrófagos, lo que podría tener un papel primordial en la persistencia de la infección. El animal se torna febril y las vesículas se hacen visibles en el punto de entrada, entre 24 y 48 horas después. Las lesiones secundarias aparecen entre 3 y 5 días post-infección.

La respuesta inmune en los animales infectados sigue el esquema normal observado en las enfermedades víricas. Altos niveles de anticuerpos específicos persisten por mucho tiempo en el suero. Con respecto a la inmunidad, se ha comprobado que altos niveles de anticuerpos circulantes para un tipo de virus no impiden que los animales desarrollen lesiones de EV para ese mismo tipo, lo que indicaría que la enfermedad, en muchas ocasiones, no sería consecuencia de una viremia, la cual por otra parte, no se detecta frecuentemente.

Signos clínicos.

La sintomatología es semejante a la de la FA, con la cual se puede confundir fácilmente. La enfermedad se caracteriza por un periodo corto de fiebre y la aparición de vesículas en la boca, los pezones, los espacios interdigitales y bandas coronarias. Con frecuencia el signo más notable es una salivación profunda. La localización de las vesículas es variable, dependiendo de los brotes; en algunas puede estar localizada predominantemente en la boca y en otras en los pezones. Las lesiones en las patas se presentan en algunos brotes y en otros no, siendo más frecuente entre los suinos.

Los animales afectados generalmente se recuperan en una semana. Las complicaciones más comunes son infecciones bacterianas secundarias, micosis y mastitis. La enfermedad puede causar pérdidas económicas de consideración, cuando afecta principalmente ganado lechero y a los cerdos.

En el hombre la EV produce una sintomatología similar a la gripe normal, sin la presencia de vesículas. La enfermedad se presenta con relativa frecuencia en las personas que están en contacto con los animales enfermos o manipulan virus infecciosos. Esto sugiere que toda manipulación de EV, incluyendo el material de animales infectados, debe ser hecho en ambientes de bioseguridad adecuados.

Diagnósticos

Muestra:
  • Líquido vesicular tomado asépticamente y congelado.
  • Tejido epitelial que recubre las vesículas, colocado en glicerina tamponada.
  • Líquido esofagofaríngeo en medio estéril de cultivo celular con antibióticos, congelados.
  • Muestras de sueros pareados de las fases aguda y convaleciente para detección de anticuerpos contra EV.

Pruebas de diagnósticos:
Las pruebas de diagnostico de laboratorio incluyen la fijación del complemento, seroneutralización en cultivos celulares y ensayos inmunoenzimáticos (Elisa).

Diagnostico diferencial:
  • Fiebre Aftosa.
  • Rinotraqueitis Infecciosa Bovina.
  • Diarrea Viral Bovina.
  • Lengua Azul.

Tratamiento y prevención.

No hay tratamiento específico para la EV. Las lesiones cicatrizan con rapidez. Sin dejar secuelas aparentes. Únicamente cuando se presentan infecciones secundarias, el tratamiento debe orientarse a paliar los efectos de esas lesiones.

Con respecto a las medidas preventivas, existen vacunas inactivadas con adyuvante oleoso. Estas vacunas generan altos títulos de anticuerpos específicos circulantes en bovinos vacunados y revacunados.

Bibliografía.

R. DE DOMÍNGUEZ, J. 2000. Importancia de la Estomatitis Vesicular dentro del marco de la campaña de erradicación de Fiebre Aftosa. En: Boletín Técnico Agropecuario - ISSN 1315 - 6713 Deposito Legal 94 - 0239 P. Año 6 - No. 11. Valencia, Venezuela. pp. 11-14.



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