miércoles, 20 de agosto de 2014

Brucelosis

Sinonimia:
  •  En el hombre: Melitococia, fiebre de Malta, fiebre del Mediterráneo.
  • Bovinos: Aborto contagioso, aborto infeccioso, aborto epizoótico, enfermedad de Bang.
  • Ovinos: Epidimitis del carnero.
La brucelosis sigue siendo una zoonosis de importancia mundial, tanto desde el punto de vista de la salud pública como para la economía, aunque en algunos países se ha logrado la erradicación de la brucelosis bovina mediante campañas de prevención, vacunación y sacrificio de reses infectadas; en otros continúan aún tenazmente los programas de erradicación.

La brucelosis ovina y caprina causa una mayor corriente de infección en el hombre que la bovina, la enfermedad sigue teniendo muy amplia difusión, particularmente en los países en desarrollo, y pocas campañas para combatirla han tenido éxito. La brucelosis porcina, mucho menos extendida que las otras formas, es muy patógena para el hombre. Si bien, la vacunación del ganado vacuno, ovino y caprino tiene cierta utilidad como medida de lucha, el objetivo deseable es la erradicación, la cual depende de la localización y sacrificio de los animales infectados.

En cualquier caso, toda esperanza de éxito tiene como base las técnicas de laboratorio sólidamente establecidas, así como la aplicación de vacunas de buena calidad y administradas en la edad correcta del animal.

Agente etiológico.

Actualmente se reconocen seis especies subdivididas en biotipos: B. militensis (3) B. abortus (ocho, 1 al 7 y 9, el 8 fue suprimido) B. suis (4) B. ovis, B. canis y B. neotomae cada una con un biotipo.

Características de la enfermedad.

Animales

Algunos autores señalan que durante una infección con Brucella se pueden detectar tres fases: latente, en la cual el laboratorio no puede detectar la infección; oculta donde no existe ningún signo clínico, pero se puede observar el proceso mediante pruebas serológicas de laboratorio y una fase de localización con signos clínicos. En ocasiones la enfermedad puede quedar limitada a la primera y segunda fase.

En las hembras preñadas el signo clínico predominante es el aborto, éste ocurre con frecuencia en la segunda mitad de la gestación (6-8 meses) suele ser espontaneo seguido por retención placentaria, en especial cuando más tardío es el aborto. En la gestación siguiente el aborto tiene lugar más tardíamente para terminar el proceso clínico con un aborto prematuro. Es muy rara la presentación de tres abortos consecutivos.

En los toros la evolución del cuadro clínico tiene una sintomatología poco precisa, la cual termina con el desarrollo de orquitis y de bursitis subcutánea, principalmente tarsiana y carpiana. La evolución de la enfermedad es rápida en los animales jóvenes, en éstos desaparecen los gérmenes del organismo. En las hembras adultas vacías también la evolución suele ser bastante rápida, sin embargo el animal queda infectado de por vida.

En los pequeños rumiantes, tanto en la cabra como en la oveja, la brucelosis evoluciona subclínicamente y sin manifestar diferenciación sintomática, entre infección por B. militensis y B. abortus, distinguiéndose las tres fases señaladas para la especie bovina.

Para el ganado caprino, igual que en los bovinos, el síntoma más objetivo y sospechoso es el aborto tardío (entre cuatro y cinco meses de gestación) o el aborto prematuro acompañado de infecundidad, en muchos casos. En el macho se observa con frecuencia orquitis con destrucción del epitelio seminífero y en consecuencia hipofecundidad o esterilidad.

La evolución de la enfermedad suele ser rápida, ya que por lo general padece un aborto y cuando más algún parto prematuro en el siguiente alumbramiento. No obstante, al cabo de dos o tres años, debido a la introducción de nuevos individuos no contaminados en el rebaño, para sustituir a los animales de desecho, la enfermedad puede presentar características alarmantes.

Además, según se destaca en los informe de la FAO/OPS, aun cuando actualmente se ha demostrado que algunas cabras son portadoras crónicas de B. melitensis durante toda la vida y la mayoría se restablecen aparentemente de la enfermedad, son responsables de la perpetuación de la enfermedad en el rebaño.

Humanos

El hombre es susceptible, tanto a la B. melitensis como a B. abortus y B. suis. La frecuencia con que el hombre se infecta con cada una de estas especies, depende de la región y de las relaciones que el hombre pueda establecer con las distintas especies animales susceptibles, ya que cada una de ellas tiene su hospedador natural. El grado de patogenicidad también varía según la especie. Algunos investigadores consideran a la B. melitensis como la más patógena, seguida por la B. suis y en menor grado la B. abortus.

En general, el periodo de incubación dura de una a tres semanas, pero puede prolongarse por varios meses. Es una enfermedad de principio brusco e insidioso, caracterizada por fiebre continua, intermitente e irregular, cefalalgia, sudores, escalofríos y dolores generalizados. El curso puede ser agudo o crónico. Otros síntomas frecuentes son: constipación, anorexia, astenia y dolores generalizados. Se puede presentar esplenomegalia y hapatomegalia.

En la brucelosis crónica, el paciente muestra irritación, nerviosismo y depresión. La enfermedad puede durar días, meses y a veces varios años, aunque la recuperación es bastante frecuente.

Fuente de infección y modo de transmisión.

Los reservorios naturales de B. abortus, B. suis y B. melitensis son los bovinos, porcinos, ovinos y los caprinos. El huésped natural de B. canis es el perro y el de B. ovis el ovino.

En los animales, la principal fuente de infección son los fetos, envolturas fetales y descargas vaginales que contienen gran número de Brucellas. Las materias fecales de terneros alimentados con leche contaminada también contribuyen una importante fuente de eliminación de Brucella, ésta aunque puede ser continua e inclusive cesar bruscamente, esto puede variar según la especie y el individuo. En la vaca, la leche retiene Brucella prácticamente todo el tiempo que dura la infección.

La vía de invasión más frecuente es el tracto gastrointestinal, por ingestión de pasto, forrajes y aguas contaminadas con Brucella y por el hábito de las vacas de lamer las membranas fetales, fetos y terneros recién nacidos, los cuales contiene gran número de esta bacteria.

La eliminación de Brucella a través del esperma sólo ocurre en casos muy raros (sementales fuertemente contaminados y con orquitis). La vaca infectada es el medio común de diseminación de la enfermedad, tanto dentro del hato como de uno a otro rebaño. Los fetos abortados y envolturas fetales pueden ser llevadas de una explotación a otra por perros, zorros, coyotes; según algunos autores hasta por roedores y aves.

Los vehículos lavados y desinfectados en forma incorrecta, al transportar ganado sano pueden contagiarlo y éste a su vez puede introducir la enfermedad a la granja. Otra forma de contagio y difusión de la enfermedad son los mercados, ferias y exposiciones; la entrada de ganado extraño y los contactos con cercados sucios, la mezcla de hatos sanos con enfermos e incluso es posible que arroyos o drenajes que cruzan de una explotación a otra puedan diseminar la enfermedad.

Diagnostico

En el hombre, el diagnostico se basa en la sintomatología, antecedentes epidemiológicos y pruebas de laboratorio. El aislamiento de la Brucella a partir de la sangre o médula es recomendado. También se puede usar líquido cefalorraquídeo, material de ganglios y abscesos.

Las pruebas serológicas de Placas Rápida, Prueba de Tubo o Prueba Lenta, son muy útiles: Otras pruebas serológicas (más sensibles y especificas) son Fijación de Complemento, Prueba de Coombs, 2- Mercaptoetanol, Card test o Rosa de Bengala y Elisa.

En los animales, el diagnostico se basa sobre todo en la serología. Todas las pruebas pueden ser útiles cuando se emplean con criterio, y se pueden clasificar: de rutina, complementarias, vigilancia epidemiológica y prueba Tamiz.

Tipo de muestra y conservación. 

La muestra y la conservación puede variar según la técnica y la bacteria involucrada:
  • Vísceras o tejidos (bazo, hígado, ganglios): 10 a 15 cm3 con superficie intacta se colocan en recipientes separados, se refrigeran. Se debe enviar de inmediato al laboratorio. 
  • Suero o sangre: Recolectar 10-20 ml sin anticoagulante. 
  • Abscesos: Se deben tomar completos o aspirados con jeringas. No utilizar hisopados. 

Medidas de control.

Humanos

El control definitivo de la brucelosis depende de la eliminación de la enfermedad en los animales domésticos. Se debe promocionar la obligación de pasteurizar la leche y prevenir en grupos ocupacionales, mediante el uso de ropa protectora y funcionamiento apropiado de mataderos, para aminorar la exposición.

Bovinos

En áreas enzoóticas y de alta prevalencia, se recomienda la vacunación de terneras de tres a ocho meses. No deben vacunarse los machos ni las hembras de más de ocho meses. No se recomienda la revacunación.

En zonas de baja prevalencia, el programa de erradicación consiste en aplicar al rebaño repetidas pruebas serológicas de diagnostico y eliminar los reactores hasta la desaparición total de los focos de infección. Este procedimiento se puede usar solo o en combinación con la vacunación de terneras, dando también importancia al control de tránsito de animales y la vigilancia epidemiológica.

Bibliografía

Rodríguez, V. 2000. Zoonosis más frecuentes en Venezuela. Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuaria. Centro Nacional de Investigaciones Agropecuaria (FONAIAP). Instituto de Investigaciones Veterinaria. Maracay, Venezuela. pp. 33-38. (Serie D No. 41).

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