- En el hombre: Melitococia, fiebre de Malta, fiebre del Mediterráneo.
- Bovinos: Aborto contagioso, aborto infeccioso, aborto epizoótico, enfermedad de Bang.
- Ovinos: Epidimitis del carnero.
La brucelosis sigue siendo una zoonosis de importancia
mundial, tanto desde el punto de vista de la salud pública como para la
economía, aunque en algunos países se ha logrado la erradicación de la
brucelosis bovina mediante campañas de prevención, vacunación y sacrificio de
reses infectadas; en otros continúan aún tenazmente los programas de
erradicación.
La brucelosis ovina y caprina causa una mayor
corriente de infección en el hombre que la bovina, la enfermedad sigue teniendo
muy amplia difusión, particularmente en los países en desarrollo, y pocas
campañas para combatirla han tenido éxito. La brucelosis porcina, mucho menos
extendida que las otras formas, es muy patógena para el hombre. Si bien, la
vacunación del ganado vacuno, ovino y caprino tiene cierta utilidad como medida
de lucha, el objetivo deseable es la erradicación, la cual depende de la
localización y sacrificio de los animales infectados.
En cualquier caso, toda esperanza de éxito
tiene como base las técnicas de laboratorio sólidamente establecidas, así como
la aplicación de vacunas de buena calidad y administradas en la edad correcta
del animal.
Agente
etiológico.
Actualmente se reconocen seis especies
subdivididas en biotipos: B. militensis
(3) B. abortus (ocho, 1 al 7 y 9, el
8 fue suprimido) B. suis (4) B. ovis, B. canis y B. neotomae
cada una con un biotipo.
Características
de la enfermedad.
Animales
Algunos autores señalan que durante una
infección con Brucella se pueden detectar tres fases: latente, en la cual el
laboratorio no puede detectar la infección; oculta donde no existe ningún signo
clínico, pero se puede observar el proceso mediante pruebas serológicas de
laboratorio y una fase de localización con signos clínicos. En ocasiones la
enfermedad puede quedar limitada a la primera y segunda fase.
En las hembras preñadas el signo clínico
predominante es el aborto, éste ocurre con frecuencia en la segunda mitad de la
gestación (6-8 meses) suele ser espontaneo seguido por retención placentaria,
en especial cuando más tardío es el aborto. En la gestación siguiente el aborto
tiene lugar más tardíamente para terminar el proceso clínico con un aborto
prematuro. Es muy rara la presentación de tres abortos consecutivos.
En los toros la evolución del cuadro clínico
tiene una sintomatología poco precisa, la cual termina con el desarrollo de
orquitis y de bursitis subcutánea, principalmente tarsiana y carpiana. La
evolución de la enfermedad es rápida en los animales jóvenes, en éstos
desaparecen los gérmenes del organismo. En las hembras adultas vacías también
la evolución suele ser bastante rápida, sin embargo el animal queda infectado
de por vida.
En los pequeños rumiantes, tanto en la cabra
como en la oveja, la brucelosis evoluciona subclínicamente y sin manifestar
diferenciación sintomática, entre infección por B. militensis y B. abortus,
distinguiéndose las tres fases señaladas para la especie bovina.
Para el ganado caprino, igual que en los
bovinos, el síntoma más objetivo y sospechoso es el aborto tardío (entre cuatro
y cinco meses de gestación) o el aborto prematuro acompañado de infecundidad,
en muchos casos. En el macho se observa con frecuencia orquitis con destrucción
del epitelio seminífero y en consecuencia hipofecundidad o esterilidad.
La evolución de la enfermedad suele ser
rápida, ya que por lo general padece un aborto y cuando más algún parto
prematuro en el siguiente alumbramiento. No obstante, al cabo de dos o tres
años, debido a la introducción de nuevos individuos no contaminados en el
rebaño, para sustituir a los animales de desecho, la enfermedad puede presentar
características alarmantes.
Además, según se destaca en los informe de la
FAO/OPS, aun cuando actualmente se ha demostrado que algunas cabras son
portadoras crónicas de B. melitensis
durante toda la vida y la mayoría se restablecen aparentemente de la
enfermedad, son responsables de la perpetuación de la enfermedad en el rebaño.
Humanos
El hombre es susceptible, tanto a la B. melitensis como a B. abortus y B. suis. La frecuencia con que el hombre se infecta con cada una de
estas especies, depende de la región y de las relaciones que el hombre pueda
establecer con las distintas especies animales susceptibles, ya que cada una de
ellas tiene su hospedador natural. El grado de patogenicidad también varía
según la especie. Algunos investigadores consideran a la B. melitensis como la más patógena, seguida por la B. suis y en menor grado la B. abortus.
En general, el periodo de incubación dura de
una a tres semanas, pero puede prolongarse por varios meses. Es una enfermedad
de principio brusco e insidioso, caracterizada por fiebre continua,
intermitente e irregular, cefalalgia, sudores, escalofríos y dolores
generalizados. El curso puede ser agudo o crónico. Otros síntomas frecuentes
son: constipación, anorexia, astenia y dolores generalizados. Se puede
presentar esplenomegalia y hapatomegalia.
En la brucelosis crónica, el paciente muestra
irritación, nerviosismo y depresión. La enfermedad puede durar días, meses y a
veces varios años, aunque la recuperación es bastante frecuente.
Fuente
de infección y modo de transmisión.
Los reservorios naturales de B. abortus, B. suis y B. melitensis
son los bovinos, porcinos, ovinos y los caprinos. El huésped natural de B. canis es el perro y el de B. ovis el ovino.
En los animales, la principal fuente de
infección son los fetos, envolturas fetales y descargas vaginales que contienen
gran número de Brucellas. Las
materias fecales de terneros alimentados con leche contaminada también
contribuyen una importante fuente de eliminación de Brucella, ésta aunque puede ser continua e inclusive cesar
bruscamente, esto puede variar según la especie y el individuo. En la vaca, la
leche retiene Brucella prácticamente
todo el tiempo que dura la infección.
La vía de invasión más frecuente es el tracto
gastrointestinal, por ingestión de pasto, forrajes y aguas contaminadas con Brucella y por el hábito de las vacas de
lamer las membranas fetales, fetos y terneros recién nacidos, los cuales contiene
gran número de esta bacteria.
La eliminación de Brucella a través del
esperma sólo ocurre en casos muy raros (sementales fuertemente contaminados y
con orquitis). La vaca infectada es el medio común de diseminación de la
enfermedad, tanto dentro del hato como de uno a otro rebaño. Los fetos
abortados y envolturas fetales pueden ser llevadas de una explotación a otra
por perros, zorros, coyotes; según algunos autores hasta por roedores y aves.
Los vehículos lavados y desinfectados en
forma incorrecta, al transportar ganado sano pueden contagiarlo y éste a su vez
puede introducir la enfermedad a la granja. Otra forma de contagio y difusión
de la enfermedad son los mercados, ferias y exposiciones; la entrada de ganado
extraño y los contactos con cercados sucios, la mezcla de hatos sanos con
enfermos e incluso es posible que arroyos o drenajes que cruzan de una
explotación a otra puedan diseminar la enfermedad.
Diagnostico
En el hombre, el diagnostico se basa en la sintomatología,
antecedentes epidemiológicos y pruebas de laboratorio. El aislamiento de la Brucella a partir de la sangre o médula
es recomendado. También se puede usar líquido cefalorraquídeo, material de
ganglios y abscesos.
Las pruebas serológicas de Placas Rápida,
Prueba de Tubo o Prueba Lenta, son muy útiles: Otras pruebas serológicas (más
sensibles y especificas) son Fijación de Complemento, Prueba de Coombs, 2-
Mercaptoetanol, Card test o Rosa de Bengala y Elisa.
En los animales, el diagnostico se basa sobre
todo en la serología. Todas las pruebas pueden ser útiles cuando se emplean con
criterio, y se pueden clasificar: de rutina, complementarias, vigilancia
epidemiológica y prueba Tamiz.
Tipo
de muestra y conservación.
La muestra y la conservación puede variar según la técnica y la bacteria involucrada:
- Vísceras o tejidos (bazo, hígado, ganglios): 10 a 15 cm3 con superficie intacta se colocan en recipientes separados, se refrigeran. Se debe enviar de inmediato al laboratorio.
- Suero o sangre: Recolectar 10-20 ml sin anticoagulante.
- Abscesos: Se deben tomar completos o aspirados con jeringas. No utilizar hisopados.
Medidas de control.
Humanos
El control definitivo de la brucelosis
depende de la eliminación de la enfermedad en los animales domésticos. Se debe
promocionar la obligación de pasteurizar la leche y prevenir en grupos
ocupacionales, mediante el uso de ropa protectora y funcionamiento apropiado de
mataderos, para aminorar la exposición.
Bovinos
En áreas enzoóticas y de alta prevalencia, se
recomienda la vacunación de terneras de tres a ocho meses. No deben vacunarse
los machos ni las hembras de más de ocho meses. No se recomienda la
revacunación.
En zonas de baja prevalencia, el programa de
erradicación consiste en aplicar al rebaño repetidas pruebas serológicas de
diagnostico y eliminar los reactores hasta la desaparición total de los focos
de infección. Este procedimiento se puede usar solo o en combinación con la
vacunación de terneras, dando también importancia al control de tránsito de animales
y la vigilancia epidemiológica.
Bibliografía
Rodríguez, V. 2000. Zoonosis más frecuentes
en Venezuela. Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuaria. Centro Nacional de
Investigaciones Agropecuaria (FONAIAP). Instituto de Investigaciones
Veterinaria. Maracay, Venezuela. pp. 33-38. (Serie D No. 41).
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