La Estomatitis Vesicular (EV) es una
enfermedad viral infectocontagiosa que ocasiona lesiones de tipo vesicular en
boca, patas y ubre de bovinos, suinos y equinos.
La importancia de la EV radica no sólo en el
desconocimiento de los factores asociados con su transmisión e inmunidad, sino
en su similitud clínica con la Fiebre Aftosa (FA), aspecto que dificulta la
campaña de erradicación, además del daño que causa la enfermedad en las
poblaciones a riesgos y la pérdida que ocasiona al productor.
Etiología
El agente causal es un virus perteneciente a
la familia Rhabdoviridae, género Vesiculovirus, sensible a los cambios de
pH, especialmente ácido. Serológicamente, el virus de la Estomatitis Vesicular
posee dos serotipos diferentes: New Jersey (NJ) e Indiana (IND), existiendo
además tres subtipos de este último, IND-1, IND-2 (Cocal) e IND-3 (Alagoas).
Aun cuando los tipos NJ e IND son serológica e inmunológicamente distintos, el
cuadro clínico que producen es indistinguible.
Distribución
geográfica.
La enfermedad se limita al Continente
Americano. Se extiende endémicamente por varias zonas de Estados Unidos, México,
América Central, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, esporádicamente
por Argentina y Brasil.
El tipo NJ y el IND-1 se han identificado en
todas las áreas de presentación endémica. El subtipo IND-2 ha sido aislado en
Argentina y Brasil de caballos enfermos y el subtipo IND-3 ha sido
identificado, esporádicamente en equinos, bovinos y suinos en Brasil.
Epidemiologia
Tasa de morbilidad hasta un 90% en rebaños
afectados. Baja tasa de mortalidad bovinos y equinos menores de un año
raramente son afectados, por el contrario, la incidencia de la enfermedad, los
síntomas y las lesiones son más aparentes en los suinos jóvenes que en los
adultos. En estos últimos, la forma subclínica se presenta con mucha
frecuencia. Sin embargo, en los jóvenes la mortalidad puede ser alta,
dependiendo del tipo de virus y de la cepa.
Fuente
de infección.
- Bovinos, suinos y equinos enfermos.
- Saliva, exudados o epitelios de vesículas
abiertas.
- Vectores: Insectos, por lo que también se le
ha considerado un arbovirus.
- Suelo y plantas (hipótesis).
Huéspedes
- Animales domésticos: Bovinos, suinos y
equinos.
- Silvestres: Venado de cola blanca, cerdos
salvajes, mapaches y numerosas especies de pequeños mamíferos (ratas, ratones,
etc.).
- Humanos: (Zoonosis menor).
Transmisión
- Contaminación por vía transcutánea o a través
de las mucosas.
- Transmisión por artrópodos (Phlebotomus,
Aedes, Culex, ect.).
Los mecanismos de transmisión y perpetuación
de la EV en la naturaleza son desconocidos. El hecho que el virus ha sido
aislado de moscas, mosquitos y otros artrópodos sostiene la hipótesis de que
podría ser transmitido por insectos.
Existe otra hipótesis que sostiene que es un
virus vegetal presente en los pastos y que los animales son el final de su
cadena epidemiológica.
El hombre contrae la infección por contacto
con animales domésticos, ya sea a través de la ruta nasofaríngea, abrasiones de
la piel o por aerosoles. La fuente de infección puede ser además la saliva,
exudados, epitelios de la vesículas o el virus en sí, al ser manejado en los
laboratorios.
Variación
estacional.
La EV es más frecuente en la estación de
lluvias en las zonas tropicales endémicas reapareciendo anualmente y donde gran
parte de la población animal posee anticuerpos específicos.
Patogenia
Aunque la transmisión directa es posible
dentro de las especies susceptibles los insectos juegan un papel importante
como vectores mecánicos de animal a animal. La principal puerta de entrada son
las abrasiones y pequeñas heridas en los tejidos epiteliales donde se inicia la
replicación viral formándose las vesículas. De aquí el virus pasa a la
corriente sanguínea y se generaliza la infección. Se ha comprobado que el virus
también replica en los macrófagos, lo que podría tener un papel primordial en
la persistencia de la infección. El animal se torna febril y las vesículas se
hacen visibles en el punto de entrada, entre 24 y 48 horas después. Las
lesiones secundarias aparecen entre 3 y 5 días post-infección.
La respuesta inmune en los animales
infectados sigue el esquema normal observado en las enfermedades víricas. Altos
niveles de anticuerpos específicos persisten por mucho tiempo en el suero. Con
respecto a la inmunidad, se ha comprobado que altos niveles de anticuerpos
circulantes para un tipo de virus no impiden que los animales desarrollen
lesiones de EV para ese mismo tipo, lo que indicaría que la enfermedad, en
muchas ocasiones, no sería consecuencia de una viremia, la cual por otra parte,
no se detecta frecuentemente.
Signos
clínicos.
La sintomatología es semejante a la de la FA,
con la cual se puede confundir fácilmente. La enfermedad se caracteriza por un
periodo corto de fiebre y la aparición de vesículas en la boca, los pezones,
los espacios interdigitales y bandas coronarias. Con frecuencia el signo más
notable es una salivación profunda. La localización de las vesículas es
variable, dependiendo de los brotes; en algunas puede estar localizada
predominantemente en la boca y en otras en los pezones. Las lesiones en las
patas se presentan en algunos brotes y en otros no, siendo más frecuente entre
los suinos.
Los animales afectados generalmente se
recuperan en una semana. Las complicaciones más comunes son infecciones
bacterianas secundarias, micosis y mastitis. La enfermedad puede causar pérdidas
económicas de consideración, cuando afecta principalmente ganado lechero y a
los cerdos.
En el hombre la EV produce una sintomatología
similar a la gripe normal, sin la presencia de vesículas. La enfermedad se
presenta con relativa frecuencia en las personas que están en contacto con los
animales enfermos o manipulan virus infecciosos. Esto sugiere que toda
manipulación de EV, incluyendo el material de animales infectados, debe ser
hecho en ambientes de bioseguridad adecuados.
Diagnósticos
Muestra:
- Líquido vesicular tomado asépticamente y
congelado.
- Tejido epitelial que recubre las vesículas,
colocado en glicerina tamponada.
- Líquido esofagofaríngeo en medio estéril de
cultivo celular con antibióticos, congelados.
- Muestras de sueros pareados de las fases
aguda y convaleciente para detección de anticuerpos contra EV.
Pruebas
de diagnósticos:
Las pruebas de diagnostico de laboratorio
incluyen la fijación del complemento, seroneutralización en cultivos celulares
y ensayos inmunoenzimáticos (Elisa).
Diagnostico
diferencial:
- Fiebre Aftosa.
- Rinotraqueitis Infecciosa Bovina.
- Diarrea Viral Bovina.
- Lengua Azul.
Tratamiento
y prevención.
No hay tratamiento específico para la EV. Las
lesiones cicatrizan con rapidez. Sin dejar secuelas aparentes. Únicamente
cuando se presentan infecciones secundarias, el tratamiento debe orientarse a
paliar los efectos de esas lesiones.
Con respecto a las medidas preventivas,
existen vacunas inactivadas con adyuvante oleoso. Estas vacunas generan altos
títulos de anticuerpos específicos circulantes en bovinos vacunados y
revacunados.
Bibliografía.
R. DE DOMÍNGUEZ, J. 2000. Importancia de la
Estomatitis Vesicular dentro del marco de la campaña de erradicación de Fiebre
Aftosa. En: Boletín Técnico
Agropecuario - ISSN 1315 - 6713 Deposito Legal 94 - 0239 P. Año 6 - No. 11.
Valencia, Venezuela. pp. 11-14.